En medio de una crisis económica sin precedentes y unas condiciones laborales cada vez más precarias, muchos vecinos de la ciudad con recursos insuficientes se han visto obligados en los últimos años a buscar fuentes de ingresos alternativos y adicionales para subsistir. Algunos optamos por alquilar esporádicamente casa o una habitación en nuestro hogar.

Desde finales de 2016, el Ayuntamiento de Barcelona multa a los pisos que se alquilan a través de Airbnb sin licencia turística de forma automática. La mayoría de los miembros de esta asociación comparte el espíritu de esta ley. De hecho, muchos somos votantes de los partidos que han impulsado estas políticas. Entonces, ¿qué ha pasado?

Pedimos que se detengan los procesos injustos que el ayuntamiento tiene en activo contra vecinos y vecinas que han alquilado puntualmente su residencia habitual, o una habitación.

Pedimos que se anulen inmediatamente los embargos.

Pedimos que no se actúe con un protocolo automático y atienda caso a caso. Pedimos que se planteen nuevos protocolos de inspección para evitar nuevas sanciones injustas.

Pedimos que las autoridades competentes lleguen a un acuerdo para regular la actividad, sin ambigüedades y de una vez por todas.

Pedimos que las autoridades competentes lleguen a un acuerdo para regular la actividad, sin ambigüedades y de una vez por todas.

Y, por supuesto, pedimos que se acabe con las mafias, los fondos buitres y la actividad especulativa vinculada al turismo.